(Apiano León de Valiente)
Cada 30 de Noviembre, los volanderos y broncíneos sones de todos los campaniles de Dublín, proclamaban su onomástico, por cuanto Jonathan Swift, el satírico campeón de la Libertad, era amado por su pueblo.
No obstante, con respecto a su personalidad, se rumoreaba que era un hombre extraño y hosco. Lo uno, porque vestía siempre de luto riguroso y, lo segundo, por la tonalidad pesimista que empleaba en sus escritos al referirse a la humanidad.
Los juicios expresados en el párrafo anterior, por demás falaces, se fundamentaron probablemente en la incapacidad que un sector de la sociedad de su tiempo tenía para interpretar sus rasgos, los cuales se fundaban en una concepción netamente alquímista, que en caso alguno ostentaba la significación que le atribuía ese vulgo ignaro.
Sobre los Trajes Negros y Alquimia:
Desde un punto de vista alquímico el negro es el primer color que surge en la Obra.
Refleja a la reducción, a la putrificación y completa disolución del sector endurecido de nuestra materia.
Reducir implica delinear el Camino del Retorno hacia el Origen que nos dio el nacimiento. Es, en nuestra Alquimia Mística, trasmutar nuestra constitución corporal en energía mercurial.
El color negro, así como el hedor que expele la tierra, se debe a que nuestra la materia se está descomponiendo, que se somete a un proceso de putrificación, para acceder a un estado más sublimado y levado.
A propósito de hábitos y trajes, en particular los negros, el Conde Trevisano nos habla de un Rey cargado de oro y joyeles, que trocó su atuendo real por un simple traje de seda negra:
La Parábola del Rey:
(Ver: "La Entrada Abierta Al Palacio Cerrado del Rey" de Irineo Filaleteo, página 128, Ediciones Obelisco, Barcelona, 1986).
Un Rey va a la Fuente, dejando tras sí a todos los extranjeros, y entra solo en el baño; va cubierto con un vestido de oro, del que se desembaraza y lo entrega a Saturno, de quien recibe otro de seda negra.
Que el Rey deje atrás a los extranjeros, alude al estado en que el discípulo es capaz de distinguir a su parte artificial, comprendiendo que ha vivido, en sí mismo, con un desconocido o extranjero que, desde el comienzo de su existencia, lo ha dirigido a su amaño, imponiéndole un artificioso y torcido mecanismo de hacer.
El baño simboliza que el discípulo ha alcanzado una limpieza que le permite reconocer y aceptar la desagradable vestidura que le cubre permanentemente.
Esta parábola alude a los pasos o etapas iniciales del autoconocimiento, que permite ver, al educando, su propia negrura, y rechazar la situación en que vive, para dar un giro de 180º, para pulirse y suprimir sus anfractuosidades.
El Rey lleva puesto un traje de oro. Quien use ese atuendo, algún día entre los días, se hastiará de cargar esa diadema, y le repugnará esa apostura de gran señor, y será doblegado por las circunstancias adversas, provocadas por obstinarse en sostener e imponer ese estado de Rey.
Llegará el instante en que se mirará, y con horror verá lo que almacena en su interior y, en el grado de la conciencia y de la humildad que posea, se dará cuenta que debe despojarse, lentamente, de esa corona y de ese traje artificiales.
Comprenderá que esa falsa vestidura lo mantiene engreídamente separado de su verdadera Luz.
Pero, en el relato del Trevisano, no se indica cuánto tiempo ha de transcurrir antes que el Rey se desembarace de su vestido de oro y, con esta omisión, se pasa por alto un régimen de cuarenta días, esto es, el Régimen del Mercurio", tiempo durante el cual, sin guía, el Rey, y los pobres principiantes, caen en la ejecución de experimentos inciertos.
El Rey, al desprenderse de los dorados emblemas, se transforma en una vasija vacía, en condiciones de ser llenada por la "Lluvia de Oro genuino" que deviene del Mercurio Divinizador.
Entonces, este monarca, comprende que para aceptar y recibir este don del cielo debe, primero, cambiar de traje y enfrentarse a esa vestidura negra, que permanentemente ha llevado escondida. Vale decir, encarará a su negro y nauseabundo Caos y a la artificial nebulosa que lo envuelve.
Simbólicamente recibe de Saturno ese vestido de seda negra.
El Rey ha reconocido y asumido la existencia de su parte obscura y, morosamente, comienza a avanzar, reconfortado por nuevos signos que le proporciona la Luz, la cual le impregna e implanta un conocimiento nuevo, diferente a ese en que ha estado sumergido en innumerables períodos.
Ya el Rey ha convenido que él, por si solo, no puede ascender hacia la Luz, ni ablandar la negrura que le comprime.
Externamente, al menos, de los dientes para afuera, acepta ser dirigido.
Le ha abandonado esa prestancia e hidalguía, fundadas en la artificiosa sensación de sentirse completo.
Cuando el discípulo se viste con el traje de seda negra, quiere decir que toma conciencia de la artificialidad que lo dirigía.
EL PENSAMIENTO ALQUÍMICO DE JONATHAN SWIFT.
Para conversar con Uds. sobre este tema, estoy consultando una muy común y, sin embargo, casi desconocida Obra de Alquimia, intitulada: "Viajes de Gulliver a diversos países remotos", de Jonathan Swift. La edición que empleo es de la Librería de Garnier Hermanos, Paris, 1889, con 200 láminas dibujadas por Granville.
En la tercera y última parte del volumen citado, Gulliver, con antelación a su llegada a las ciudades de los alquimistas, se refiere a lo pedestre y obtuso que es vivir en un mundo sin Luz, a ese efecto nos dice:
Página 217:
"Al cabo de cinco días toqué en la última de aquellas islas que había descubierto."
"me vi en otra roca, como la primera, a excepción de algún tal cual sitio reducido donde crecían céspedes y otras yerbas muy olorosas". "pasé la noche en aquella cueva que había destinado para despensa".
" Pero mi inquietud, que era mayor que el cansancio, me ahuyentaba el sueño, considerando como imposible el subsistir en un lugar tan miserable, donde a cada instante se me representaba mi desdichado fin"."
Comentario:
Gulliver hace presente que se encuentra en un medio carente de toda nutrición, y que su muerte por inanición es inminente. Para no dejar duda alguna que la falta de alimento es de carácter espiritual, señala que pernoctó en una caverna.
La Caverna y la Alquimia Tradicional:
La caverna representa, en Alquimia Tradicional, un estado de desconexión.
Por configurarse la caverna en la entraña de la tierra, quien penetra en ella pierde la conexión con la Luz.
Allí, en ese antro, se pierde el contacto con la radiancia superior. En ese recinto no se recibe la magnetización de la Energía Superior.
Es el subterráneo inhóspito, que también se enraíza en la existencia de cada ser humano.
Quien desee vivenciarla, entrará por primera vez en su propia y personal madriguera, y reconocerá la existencia de un mundo desolado, de débil consistencia, que huele a podredumbre.
Es nido de alimañas que tejen incansablemente sus torcidos hilos para deslumbrarlo a uno mismo y al entorno.
La caverna representa el hacer impropio del estado involutivo de la tierra, de la materia, que aún no ha sido roturada para desarraigar las malezas propias de la carne no trabajada, que huelen a duras pestilencias, que conducen a la destrucción de hombres y mujeres.
La caverna nos induce a efectuar un profundo reconocimiento de nuestra propia obscuridad que, por lo demás, justifica y fundamenta la existencia de la Alquimia Tradicional, que está destinada a trasmutar nuestro Caos en Luz.
La caverna representa la oscuridad del ser humano, para que en ella reconozca la propia. Es espesa penumbra que se adereza con aparente formalidad exterior.
Simboliza al caminante torpe que se nutre de tinieblas; es quien dirige sus pasos desde su endurecido centro, y se desplaza prisionero de su escondida debilidad.
Muchas veces ignoramos ese estado compulsivo que nos mueve, y no nos detenemos para hacer una silenciosa reflexión, que permita que un hilo de Luz traspase nuestra dura y envolvente capa de asfalto, y se filtre a nuestro interior, un hilo de resplandor, para que remueva y estremezca a lo entenebrecido de nuestros hipnóticos aspectos intrascendentes y banales.
Si una pequeña partícula de nuestra materia, es tocada por la radiancia Superior, mediante el proceso del Solve et Coagula, se iniciará, en nosotros, el proceso de liberación.
El hombre y la mujer, entregados a sí mismos, no tienen la capacidad de reconocer sus propias tinieblas, y necesitan ser guiados e inducidos por la energía del Alkahest, que desde siempre les ha sostenido imperceptiblemente, para dar vida a sus oros inactivos o Mercurio coagulado, cuya composición es similar a la del Mercurio Externo.
GULLIVER ES ASCENDIDO A LOS REDUCTOS DE LOS ALQUIMISTAS.
Páginas 217-221.
"Advertí que se había obscurecido de repente, aunque no del mismo modo que al paso de una nube, y volviendo a mirarle, halle interpuesto un cuerpo movible y opaco muy grande, que parecía fluctuar en el aire".
"Vi descender aquella gran mole y acercarse tanto a mi, que apenas había una milla al medio, entonces pude descubrir con mi telescopio un copioso número de personas en movimiento".
"descendió la isla a una distancia proporcionada, y descolgando una sillita pendiente de una cadena desde la galería más inmediata, con el auxilio de una garrucha me trasplantaron arriba en un momento".
Comentario:
La ascensión de Gulliver a la Isla Volante, implica que quien intente acceder y participar en los procesos de Transmutación, propios de la Alquimia Interior, debe aprender a elevarse por encima de las inoficiosas percepciones y sentimientos de unos sentidos externos aún no desarrollados, pues esos ámbitos de futilidad, fijan y petrifican con más intensidad las capas metálicas externas y obscurecidas de nuestra materia.
El sincero buscador de la verdad, debe ascender por sobre sus limitaciones y aprender, lentamente, esa interpretación que se decanta de un arduo trabajo, capaz de fina elaboración interna, y de acertada percepción de lo infinitamente enaltecido.
SWIFT DESCRIBE A LOS ALQUIMISTAS TRADICIONALES DE ALTO GRADO.
(Swift denomina Laputenses a los Alquimistas Tradicionales de Alto Grado)
Páginas 223 y 224.
"Ellos tenían la cabeza en un continuo movimiento sobre uno y otro lado".
"Tenían un ojo vuelto hacia adentro y el otro mirando hacia el cielo".
"Sus vestidos abigarrados de soles, lunas y estrellas". "y sembrados de violines, flautas, arpas, trompetas, guitarras, laúdes y otros instrumentos desconocidos en Europa".
"Rodeados de una infinidad de criados, que iban prevenidos de vejigas atadas como zurriagas o látigos, al extremo de un palo corto, y dentro de ellas una porción de chinas (piedras pequeñas), o garbanzos muy menudos. Este era una especie de despertador con que daban, de cuando en cuado, ya en la boca, ya en las orejas del que tenían al lado".
"La razón de tales golpecillos se debía a que los espíritus de esos naturales están siempre pasmados y sumergidos en la meditación, de tal modo que ni hablan, ni oyen sin el auxilio de estas vejigas bulliciosas con las que les rozaban la boca, o las orejas, según la necesidad, para que despertasen"...
..."El monitor o ayudante siempre va parado al lado de su amo, y cuida de tocarle sucesivamente con la vejiga en los ojos, de rato en rato, porque sin esta precaución, su profundo letargo le expondría a caer en un precipicio o romperse la cabeza en un poste, a chocarse con otros en otras calles, o a meterse en cualquier arroyo".
"Todas sus ideas están concebidas en líneas y figuras, y hasta su misma galantería es toda geométrica".
"Son matemáticos para la especulación y no para la utilidad pública".
"No vi jamás pueblo tan necio, simple y mentecato para todo lo que mira a las acciones comunes y gobierno de la vida".
"Su espíritu es bajo, grosero, inepto, y pesado, sin cultura, ni educación, de manera que cualquiera les tendrá por fatuos. Además de esto, no saben hablar, sino para contradecir, excepto alguna vez que piensan arregladamente y callan."
"Ignoran lo que es imaginación, retrato, ni tienen voces en su idioma para exprimir estos conceptos, y así todas sus obras, aún sus mismas poesías, si es que acuerdan de componer algunas, parecen unos Teoremas de Euclides".
Comentario:
Consideraciones sobre los rasgos más sobresalientes de los Alquimistas Tradicionales.
Que sus cabezas giraran de uno a otro extremo, aludía a un estado de constante sigilo interno, propio de quien mantenían un profundo lazo de unión y aleación con lo superior y con todo lo que hacían.
El ojo vuelto hacia adentro, significaba que eran conocedores de la Sabiduría Interna, que les otorgaba la claridad necesaria para obrar sin apresuramientos y emprender, cada amanecer, una nueva jornada hacia el conocimiento enaltecido.
Esa misma mirada que escrutaba su intorno, nos recuerda su permanente experimentación en su propio Laboratorio Interno, donde cada sensación, pensamiento e intención, en síntesis, cada reacción producida en el fuero interno, con ocasión de los efectos producidos por la interacción de los Mercurios, la Chispa Divina y el Caos, eran estudiados, descompuestos y recompuestos, con disciplinada y despiadada voluntad. Este trabajo de Laboratorio es más que indispensable, pues la Alquimia, en cualquiera de sus dos expresiones, no puede ser abarcada y comprendida si se prescinde de la práctica constante, en el Laboratorio Interno o Externo.
Que sus vestimentas estuvieran sembradas de violines, arpas y trompetas, sugería que eran conocedores de la armonía de las esferas; esos sones que, prendidos a la inmensidad del Cosmos, les permitía sentir el eco de la omnipotencia del Divino Hacedor, que desciende desde lo superior y, que en forma de Lluvia Áurica, toca hasta la más ínfima partícula de toda materia.
Que sus hábitos estuvieran abigarrados de Soles, Lunas, y Estrellas, nos mueve a pensar que eran amantes de la simbología y asiduos intérpretes del Arte escondido.
Eran estudiosos de sí mismos (por intermedio del Laboratorio interno), y de la potencialidad que los movía (Alkahest).
El hecho que de continuo estuviesen embebidos, pasmados y sumergidos en su meditación, y que requirieran de ayudantes que les despertaran, según la ocasión, habla de su desapego de lo superficial.
Necesitaban de todo su silencio para horadar las capas que velaban el profundo conocimiento que albergaban en su interior.
Por este motivo evitaban transar con estados desequilibrados, ya que su materia necesitaba de una permanente limpieza y sublimación y, si sufrían alteraciones, era posible que se desconectaran de ese estado de equilibrio logrado con tanto sacrificio, esfuerzo y afán.
Que sus ideas estuvieran concebidas en líneas y figuras y que hasta su misma galantería haya sido geométrica, quiere decir que todo lo que visualizaban e interpretaban, lo hacían a través de símbolos, que le permitían adherirse al verdadero contenido de cada forma, y los habilitaban para descorrer los velos tupidos y formales que distorsionan lo esencial.
Que fueran matemáticos para la especulación y no para la utilidad pública, y que no se haya visto jamás un pueblo tan necio, simple y mentecato para todo lo que sirva a las acciones comunes de le vida, son afirmaciones con las cuales debemos concordar. Ello es cierto, porque poseían gran diligencia para encontrar el real contenido encerrado tras lo obvio y pedestre.
Esta actitud y esta actividad muy propias de la Alquimia Interna, este quehacer de metódico esclarecimiento, no aporta nada a quienes nada saben. Para todos los obscurecidos este saber es un conocimiento necio, que no ayuda al desarrollo práctico de la vida y, obviamente, por ello, motejan a los cultores de la Alquimia Tradicional de Ato grado , con epítetos tales como ineficaces, teóricos, y meramente especulativos.
Parecen fatuos, ineptos, pesados, sin cultura y educción, puesto que los Alquimistas Tradicionales son dirigidos, sutilmente, por una corriente invisible (Alkahest) que les ayuda a elaborar, uno a uno, sus procesos internos de trasmutación. Están inmersos, sumidos en su propio trabajo de re-elaboración. Envueltos en sus propios pensamientos, descuidan y desdeñan, en ocasiones, lo superficial de las reglas meramente sociales.
Finalmente, respecto a que no sepan hablar, salvo para contradecir lo que no calza con su pensamiento, o quedarse callados, digo que, en mi concepto, tales desvalorizaciones, pugnas, réplicas y duplicas -ese recíproco cascarse entre los prosélitos de ambas expresiones alquímicas- obedece a que, unos y otros, movidos por su entusiasmo y celo, literalmente se apropian del quehacer alquímico, y no sólo desconfían del conocimiento del hermano adscrito al otro sector, sino que, mutuamente, desconocen lo sacrificado y profundo de sus recíprocas labores. Esto hace que, en uno u otro lado, cualquier afirmación del vecino, que no calce con el entendimiento de los propios libros, sea considerado como una afrentosa e inaceptable herejía.
DESCRIPCIÓN DE LOS ALQUIMISTAS ESPAGÍRICOS:
(Swift los denomina Balnibarbas).
No pretendo incursionar personalmente en una tierra que me es desconocida. No sería ético pretender pontificar sobre algo que desconozco.
De modo que los dejaré - a mis hermanos Espagiristas- mal que me pese, tal como el verbo de Jonathan Swift los retrató:
Gulliver deja la ciudad de Laputa y BAJA al país de los Balnibarbas, abalartuados en la "Academia" y nos presenta una galería de doce orífices espagíricos:
1. "El primer académico que vi, fue un hombre sumamente flaco, tenía su cara y sus manos cubiertas de mugre, la barba larga, el cabello tendido, una camisa del mismo color que su cutis y un vestido todo desgarrado".
"Había gastado ocho años en un proyecto muy curioso que era, según nos dijo, recoger los rayos del sol para guardarlos en botellas tapadas herméticamente, a fin de poder calentar el aire, cuando los veranos fuesen poco activos, y añadió que, en otros ocho años, podría proveer los jardines de los poderosos de rayos de sol a un precio razonable.
Pero, se quejaba de que sus recursos eran cortos, empeñándome a que le diera alguna cosa para alentarle".
2.- "De allí pasé a otro aposento, y al ir a entrar, tuve que volver prontamente la cara, no pudiendo sufrir el mal olor que despedía".
"Mi conductor que lo advirtió, me empujó hacia adentro, suplicándome , por lo bajo, que me guardase bien de ofender a un hombre que se resentirá a la menor demostración, de suerte que no me atreví siquiera a taparme la nariz".
"Este era el ingeniero más antiguo de la Academia. La palidez y manchas de su rostro, el entrapado (empolvado o turbio) de su barba, y hasta su vestido, todo publicaba su asquerosa ocupación".
"Apenas me vio salió corriendo abrazarme con mucha estrechez, cumplimiento que le hubiera perdonado de muy buena gana; especialmente cuando supe de su aplicación, desde que entró a la Academia había sido: Reducir el excremento humano a la naturaleza de los alimentos de los que provenía, por su descomposición y depuración de la tintura que recibe de la hiel, y es la causa de su mal olor".
"Cuidaban de proveerle sus compañeros, enviándole cada semana un gran vaso, poco menos que un barril de Bristol".
3.- "También vi a otro dedicado a calcinar el hielo para extraer, según decía, excelente salitre en beneficio de las fábricas de pólvora, y me enseñó un tratado que deseaba dar a Luz sobre la posibilidad de machacar fuego".
4. "También vi un ingeniosísimo arquitecto, que había inventado un método de construir edificios, principiando por el techo y acabando por los cimientos: Pensamiento que me probó con la mayor facilidad en el ejemplo de los dos insectos: la abeja y la araña".
5 "Había un ciego de nacimiento que tenía a su cargo una porción de aprendices, ciegos como él, dedicados a componer colores para la pintura".
"Toda la ciencia del Maestro consistía en el olfato y el tacto, por cuyo medio les enseñaba a distinguirlos".
"Tuve la desgracia de llegar en un tiempo que estaban todos muy atrasados, no menos que el Maestro, como se deja discurrir".
6. "Subí a un aposento donde encontré a un hombre eminente que había descubierto el secreto de labrar con puercos, excusando el considerable gasto de mulas, bueyes, arados y gañanes".
"Estaba reducido su método a enterrar en el espacio de un acre, de seis en seis pulgadas, un puñado de bellotas, dátiles, castañas, o cualquier otra fruta del gusto de estos animalitos, y metiendo seiscientos o más de ellos en dicho terreno, es claro que en poquísimo (a la tierra) le podrían poner en estado de poderse sembrar, moviéndola con sus pies y hocico, y volviendo a dejar allá lo que habían sacado".
"Se había hecho la experiencia, y se había observado que a más de ser costoso e impertinente, del sistema no se había cogido fruto, con todo eso, no dudaban que la invención llegase a ser de grande utilidad y consecuencia".
7.- "En el cuarto de enfrente habitaba otro académico, de distintas ideas a favor del mismo objeto:"
"Quería hacer andar un arado sin mulas, sin bueyes, impelido tan solamente del viento, con cuyo fin había construido un instrumento de esta especie, armado de mástil y velas, y sostenía que el mismo medio haría rodar los coches y carretas, de suerte que con el tiempo se podría correr la posta en silla, dando velas en tierra igualmente que sobre el mar, pues que en él (el instrumento) se caminaba a todos los vientos, no alcanzaba qué dificultad pudiese haber para practicar lo mismo en tierra".
8. " Llegamos a otro cuarto todo entapizado de telas de araña, a excepción del preciso paso para el fabricante, quien al punto que me vio principió a gritar: -¡Tente, hombre! ¡No me rompas mis telas!"
"Emprendí conversación con él y principió a quejarse de la lastimosa
ceguedad en que habíamos vivido en orden a los gusanos de seda, teniendo a nuestra disposición insectitos domésticos sin hacer el menor aprecio de ellos, cuando, por lo menos, eran preferibles a aquellos que sólo sabían hilar, porque la araña hilaba y urdía a un mismo tiempo".
""Que el uso de las telas de éstas ahorraría también, en adelante, los gastos del tinte, como doria conocer finalmente viendo el acopio que había hecho de moscas de distintos y admirables colores, con el fin de cebar a sus arañas, siendo infalible que las tales tomaran sus respectivos colores, y como habìa moscas de cuantos colores podía imaginar, confiaba en poder satisfacer en breve los diferentes caprichos de los hombres, siempre que encontrase para ellas (las arañas) otro alimento bastante glutinoso, que prestase al hilado más solidez y fuerza."
9.- "Había un astrónomo que tenía el proyecto de colocar un cuadrante (instrumento astronómico) en la torre principal de las Casas de Ayuntamiento, ajustando de tal manera las alteraciones diurnas y anuales del sol con el viento, que se conformasen o adecuasen al giro de las veletas".
10.- Sintiéndose Gulliver ligeramente indispuesto, con un leve dolor de cólico, dice:
"Me hizo entrar, mi conductor, en el cuarto de un gran médico que había adquirido mucha fama por el secreto de curar esta enfermedad de un modo ciertamente particularismo".
"Había construido un deforme fuelle con el cañón de marfil, que haciendo veces de jeringa de viento, debía atraer todo el aire interior, para purgar las entrañas, que se hallaban atascadas".
"Pero por desgracia se puso a hacer la operación en un perro y (éste) reventó al instante, cuya casualidad desconcertó del todo a nuestro doctor y a mi no me dejó muy inclinado a la experiencia".
11.- "Luego, en la misma Academia, Gulliver pasó al Aula del Lenguaje: "Donde encontré a tres académicos, que discurrían juntos sobre el modo de amenizar al idioma".
"Uno opinaba que para abreviar la expresión, se redujese a las palabras a simples monosílabos y se desterraran absolutamente los verbos y las partículas".
"Pero otro, que no se quedaba tan corto, pretendía que se aboliesen todos los vocablos, de manera que se conversara sin hablar, Lo cual sería muy favorable al pecho, pues es claro que la continuación de (sonidos), el pulmón se gasta y la salud padece; y consistía el expediente en llevar sobre sí todas aquellas cosas que hubiese que nombrar".
"El sistema hubiera tenido aceptación a no haberse opuesto las mujeres"...
"por la penalidad de ir cargadas con unas grandes alforjas cuando hubiere que tratar de muchos y diversos asuntos, si no habría un par de robustos lacayos, de buenas fuerzas, a quienes echar la carga".
"Pero defendían que si el sistema fuese bien recibido, todas las naciones de la tierra podrían entenderse fácilmente, y sería tan útil, como que no se perdería tiempo en aprender las lenguas extranjeras."
12.- "Luego, en la misma Academia, un Maestro enseñaba de un modo que apenas podría hacerse creíble a los europeos".
"Mandaba escribir a sus discípulos la proposición o demostración sobre un pedazo de oblea y, tragándosela, después debían abstenerse de comer y beber en los tres días siguientes, para que estando bien digerida, pudiese subir al cerebro la virtud de cierta tinta cefálica, con que había sido escrita y llevar a él (cerebro) la materia".
"En verdad que el método no había producido todavía el efecto que se deseaba; pero era, decían ellos, porque:
a) Se hubiesen equivocado en un sí es no en la q.s., esto es, en la medida de la cosa o
b) Porque los alumnos, malignos e indóciles, hacían sólo el gesto de tragar la píldora".
c) No observaban la dieta con regularidad, o
d) no se abstenían de otras funciones opuestas totalmente a la retención de la tinta.
SOBRE EL LENGUAJE ALQUÍMICO:
(Sobre alquimistas poco caritativos).
Página 324:
"El uso de la palabra nos ha sido concedido para comunicarnos unos a otros nuestros pensamientos y para instruirnos".
"Decir la cosa que no es, no es obrar según la intención de la Naturaleza". "Es abusar de la palabra, hablar sin hablar, porque hablar es hacer entender lo que se piensa".
"Cuando hacéis aquello que se llama mentir, me hacéis entender lo que no pensáis, me decís lo que no es, luego no habláis entonces, sino es un abrir la boca para despedir unos sonidos vanos, y cuando esperaba salir de mi ignorancia me la aumentáis"
Comentario:
El verbo del alquimista Tradicional debe pulirse con infinitos silencios, antes de difundir su verdad.
El verbo del alquimista debe reflejar del desarrollo de su Luz interior, que lo induce a la reflexión en la profundidad de sí mismo.
Llega el día en que concibe que el hablar con verdad, es un don, y que ello consiste en trascender las brumas del pensamiento vulgar, para difundir la Luz e instruir a los demás en lo que no saben y anhelan conocer.
La verdad será comprendida en toda su potencia, en la medida que el Alkahest o Energía Externa desarrolle y eleve el oro o Mercurio Divinizado inserto en el cuerpo de los seres humanos.
El experimentador que posea el conocimiento y, a sabiendas, lo comunica torcidamente, cambia el curso natural de la Energía Mercurial que se le ha confiada. Rompe el curso del torrente mercurial que nos sustenta desde lo Superior.
No es digno de estimación quien abusa de las palabras y provoca una gran confusión sustentada en falsedades.
Mentir, en la trasmisión del Arte Real, es engañarse a sí mismo porque, como es arriba es abajo, es decir, quien falta a la verdad emanada de lo superior, se niega a si mismo, pues también el falaz tiene su hogar y su raíz en lo Enaltecido.
Cuando tu acción es contraria a lo que expresas verbalmente, falseas la virtud del verbo y ensucias el contenido de tu palabra. Le restas vida al vocablo y transgredes la verdad.
No difundas lo que carece de simiente. Es mejor guardar silencio, antes que aumentar la ignorancia de quienes te demandan conocimiento.
AMBAS ESCUELAS POSEEN UN LENGUAJE DIFERENTE E INCOMUNICABLE ENTRE SÍ.
Página 335:
"Las guerras nuca eran tal largas y sangrientas, como cuando provenían de estas oposiciones distintas que unos cerebros escalentados sabían hacer prevalecer por una y otra parte, hasta llegar a tomar las armas".
Página 339:
"También es digno de notarse que los letrados tienen idioma aparte, una jerga que les es propia, un medio de producirse que los demás no entienden".
"No sería mejor que se ocuparan en dar lecciones sabias y virtuosas a los demás, partiendo sus luces con el público, pues, a lo que entiendo que estas doctas gentes poseen todas las ciencias...
Comentario:
Me parece que si tienen, en el fondo y en la forma, un lenguaje distinto para explicar cosas más o menos similares, forzosamente habrían de tener un actuar y un logro diferentes.
Al examinar los textos de difusión, tanto de autores alquimistas Tradicionales como Espagíricos, que se fundan un mismo libro clásico, o en una similar tarea de laboratorio, parece que sus conclusiones fueran del todo antípodas. No obstante, debe concluirse que sus versiones son absolutamente verídicas, pero quizá no intercambiables entre ambos campos. De allí la futilidad de desmerecerse unos a otros, y entablar polémicas absurdas.
Para redondear este asunto, y enfatizar el pensamiento Swiftiano, recurriré al insigne y humanitario alquimista espagírico, Alexander von Bernus, que en el apéndice de su obra intitulada "Alquimia y Medicina", Luis Carcamo Editor, 1981, puntualiza que ambas expresiones de la Alquimia son diversas, y fija los caracteres de ambas:
1. Caracteres de la Espagiria:
"El término Espagiria se aplica exclusivamente al tratamiento de los metales, de los metaloides y de los minerales por la química, es decir, a la elaboración de la tintura o de la quintaesencia de estas sustancias por los métodos espagíricos. El comienzo y el fin del secreto alquímico reside en la apertura verdadera de las sustancias minerales. Sólo quien posee este secreto tiene el derecho soberano de llamarse espagirista y de designar con el nombre espagírico a los elixires que había preparado en esa forma: Serán entonces estos remedios quienes llevarán a cabo, en el lecho del enfermo y al límite extremo de lo posible, efectos que los medicamentos vegetales, incluso preparados por los mejores médicos, permanecerán siempre incapaces de conseguir".
2. Diferencias entre la Alquimia Espagírica y la Alquimia Tradicional de Alto Grado:
"La Alquimia y el Arte Espagírico se separan a partir de un cierto punto de la Obra que, en cualquier caso es indispensable alcanzar. Siguen a continuación dos caminos paralelos de los que uno conduce a la Transmutación, y el otro, a la preparación de los Magisterios y Arcanos metálicos marcasíticos y minerales. Sólo estos últimos pueden reivindicar el derecho hereditario y reconocido de portar el calificativo de espagíricos".
3. Características de la Alquimia Tradicional de Alto Grado:
"Hay sobre el pórtico de la catedral de Tragir, en Dalmacia, un pequeño bajorrelieve finamente ejecutado que muestra al alquimista sentado ante su horno, en el que está encendido el fuego. Ha colocado su cornuda sobre el fuego. Con la mano izquierda eleva una copa. Flotando en el aire, un ángel se acerca y vierte el elixir de larga vida en la copa. La imagen significa: Sus propias fuerzas no le bastan al hombre para recorrer este camino, pero triunfará quizá si despierta en alguna forma al guía y conductor que duerme dentro del hombre y, que puede a continuación dirigirlo.
La práctica de este camino -dicho de otro modo- de la Transmutación, la metamorfosis de lo imperfecto e incluso de lo demasiado perfecto- esta obra tan grande y laboriosa fue la meta, el objeto de todos los esfuerzos de la Alquimia Mística a lo largo de los siglos. Pero seguirá siendo para nosotros un secreto, pese a todas nuestras lecturas y a pesar de todo el celo que pongamos en querer captar su significación. He experimentado yo mismo últimamente la dificultad de comunicar algo esencial sobre esta Metamorfosis. A pesar de todos nuestros esfuerzos por ser claros, es casi imposible hacerse entender. Pues en la práctica de este camino, se trata de experiencias que debe hacer uno mismo. Si se habla de ello, como lo hacen los textos alquímicos, la cosa no deviene más clara. La particularidad de este camino es que uno se apercibe de golpe, una vez vivida la experiencia, de lo que los textos querrían decir.
Los alquimistas mismos sabían muy bien que pocas cosas pueden decirse únicamente con las palabras. Es por esto que buscan refugio en las imágenes simbólicas. Su papel es de expresar lo indecible. La vida debe ser indicada por las imágenes"
Alexander von Bernus da en plena fama cuando sintetiza a la Alquimia Tradicional de Alto Grado. Sólo que no pudo prever, en su tiempo, los cambios del devenir. Puesto que ahora, en el campo de la Alquimia Mística, se produce una apertura de tal envergadura en la entrega de sus secretos, que nos hace sostener que "Ha llegado la hora de la difusión de la Alquimia Tradicional, y nadie puede evitarlo", para que su Enseñanza sea asequible a todo estudiante sincero.
UNA FRASE ALQUÍMICA MUY PARTICULAR:
Páginas 292y 293:
En estas hojas Jonathan Swift consigna tres veces estas tres palabras:
"Ultraje al Crucifijo."
a) Gulliver solicita a S.M. el Emperador del Japón: "se le dispense de la ceremonia de ultrajar el crucifijo, puesto que no iba a "traficar" al Japón, sino de paso para Europa".
b) "Antes de embarcarse algunos de los que me acompañaban estuvieron demasiado impertinentes en preguntarme si había practicado la Ceremonia del Crucifijo. Siempre respondía, en general, que había hecho todo lo necesario:
c) "mas, no satisfecho un picaruelo charlatán de ellos, creyó hacer un gran mérito en presentarme al oficial, y decirle que no había ultrajado el crucifijo. El oficial que tenía orden secreta de no obligarme a tal violencia, le contestó con veinte bastonazos en las costillas, y así logré que no volviese a preguntarlo ninguno".
Comentario:
La frase "ultraje al crucifijo" es un término propio de la Alquimia Tradicional de Alto grado. Al utilizarlo Swift, evidencia que es un avezado conocedor de la misma.
El ultraje al crucifijo no constituye un acto de mofa o denuesto al Cristo, ni a ninguna Iglesia, si bien fue uno de los cargos que injustamente se imputó a los hermanos Templarios.
El sentido de esta expresión, lo dilucidé en otro artículo, que ahora reproduzco parcialmente:
"Los Templarios eran conocedores del profundo pozo cenagoso que, desde lo interior, altera a los hombres, transformándolos en soberbias bestias, cuyos cuerpos petrifica hasta convertirlos en negra armadura, no franqueable por la Luz.
Por la interpretación y práctica del Ars Regia, supieron de estas tendencias obscuras y embozadas de su materia, y aprendieron del Arte, a trasmutar sus metales imperfectos, en oro trabajado, transformando su propio cuero en Mercurio Divinizado, y despertaron a su Maestro interno, quien yacía oculto y velado en su interior.
El Templario se representa a su cuerpo, materia, vaso, vidrio o crisol, mediante una cruz latina tendida en el suelo.
Ahora bien, con el conocimiento de la Gran Obra, llegaba un instante en que cada Caballero del Temple, integrante del Círculo Hermético de esa Orden, debía inmolar sus deficiencias, y deshacerse de ese peso muerto, que le atenazaba y le dificultaba su caminar hacia la Luz.
Debía someterse a un duro proceso de transformación alquímica interior, porque sabían que aquél que anhela una vida espiritual, debe morir para el mundo de las formas y tenían, en fin, que trocar su poder exterior en Fuego Secreto interno, (Mercurio Divinizado), para hacerse parte activa del verdadero Poder de la Luz.
Para ellos la cruz latina, tendida en el suelo, era la representación viva de su cuerpo convulsionado, domeñado por las fuerzas del Caos; el símbolo de aquello que los escarnecía en todo instante.
Allí, en esa cruz latina, alentaban los defectos de su personalidad.
Esa ceremonia tan sólo representaba la obra, pasión y muerte de la parte obscurecida de su ser, la que debía ser despreciada y destruida, para renacer en un Cuerpo de Luz. Por lo tanto, vieron en esos maderos cruzados en ángulo recto, al "Hombre Viejo", al ignorante y corrupto, y eso era lo que ellos escupían e insultaban con ademanes de desprecio, mientras pasaban sobre ese signo.
No era una acción en contra del Cristo, que no figuraba en esa Cruz, como torpemente se Le ha dibujado en ignorantes representaciones. Se trataba de que cada Caballero Templario procedía a dar muerte a su anterior cubierta de pestilente Caos, la que simbólicamente abandonaban, sustituyéndola por un Cuerpo de Luz, que no es sino la resultancia de la acumulación del remanente Mercurio Divinizado, formado intracorporalmente mediante la diaria práctica del Solve et Coagula.