(de beneficio al buscador)
Se cuenta que en tiempos de los primeros profetas, uno de ellos se puso a meditar sobre las órdenes divinas, y no pudo captar la razón ni la sabiduría que había en ellas. Allah le ordenó meditar y reflexionar en ello mientras lo adoraba, así que empezó a hablar con su Señor en su retiro diciendo: ¡Oh Señor! Me creaste y no me consultaste. Me darás muerte y no me consultarás. Me ordenaste hacer cosas y me prohibiste otras sin darme ninguna opción. Diste poder a mis pasiones y a Shaitan sobre mí, hiciste de los apetitos y deseos una parte integral de mi ser. Hiciste este mundo con todos sus atractivos frente a mis ojos, y me amenazaste con reprimendas y castigos. Dijiste: “sigue el camino recto como te he ordenado, no sigas tus deseos ni pasiones, porque eso te desviará de el camino hacia Mí, ten cuidado de que Satanás no se acerque a ti y de que este mundo no te engañe. Evita tus pasiones, no dejes que te arruinen y arruinen tus esperanzas y aspiraciones, no dejes que te confundan.
“Te mando que pongas orden entre tus bienes y tu provisión la busques entre lo que te he permitido, porque te juzgaré por ello si no lo haces o si lo haces inapropiadamente. No olvides la otra vida, así como no olvidas tu porción de este mundo. Haz el bien como Allah te ha hecho bien. No persigas tus deseos ni causes corrupción en esta tierra. No le des la espalda al otro mundo, para que no pierdas ambos: éste y el otro, porque esa es la gran pérdida.”
Entonces aquel profeta dijo: ¡Oh Dios! Como estoy atrapado entre cosas contradictorias, fuerzas rebeldes y estados en conflicto no sé cómo actuar ni cómo orientarme en aquello que hago. Estoy confundido y no sé lo que hacer, así que enséñame Señor, toma mi mano y guíame por el camino de la salvación. De lo contrario seré destruido.
Así que Allah todo misericordioso le reveló lo siguiente: “Siervo mío, nada de lo que te he mandado hacer me sirve, ni lo que te he prohibido me daña. Todo lo que te he ordenado es para que sepas que tienes un Señor y un Dios y que Él es tu Creador, Proveedor y el Objeto de tu adoración. El que te dio vida, el que te cuida, el que te ayuda, tu Compañero. Debes saber que en todo lo que te he mandado necesitas mi ayuda, mi guía, mis facilidades, mi atención. Debes saber también que en todo lo que te he prohibido necesitas mi protección, mi salvación y mi cuidado. Me necesitas en todos tus movimientos, en todos tus estados, en todo momento, en todos los asuntos que conciernen a este mundo, día y noche. Ninguno de tus asuntos grande o pequeño, público o privado me es ajeno. Debes tener claro y reconocer que tú eres pobre, me necesitas y me tienes.
“Así que no deberías alejarte de Mí, ni distraerte de Mí, ni olvidarme, ni estar ocupado en algo que no sea Yo. En lugar de ello recuérdame en cada momento, en todos tus estados, pídeme todo lo que necesites, háblame durante todos tus asuntos, comparte conmigo tu retiro, obsérvame, no te vuelvas hacia ninguna de mis criaturas, vuélvete en cambio hacia Mí y conéctate conmigo en vez de con ellas. Debes saber que estoy contigo allí donde estés y te veo aun si tú no me ves.
“Cuando anheles todo esto y estés seguro de la realidad de todo lo que te he dicho y la validez de lo que he descrito sea clara para ti, sólo entonces dejarás todo detrás de ti y te conectarás sólo conmigo. Así te acercaré a Mí, te uniré a Mí, te elevaré ante mi vista y serás uno de mis santos, elegidos y gente de mi Jardín, quienes están cerca de mis ángeles: honrado, preferido, bendito, feliz, alegre, en la Gracia y el gozo, seguro, eternamente, por siempre y para siempre.
“Oh mi siervo, no tengas mala opinión de Mí y no imagines sino lo que a mi generosidad y nobleza corresponde. Recuerda mi bendición originaria sobre ti y mi bondad permanente hacia ti, mi bendición a ti cuando te cree de la nada. Te cree como una criatura equilibrada, te di un oído agudo, vista perfecta, sentidos para percibir, corazón inteligente, buen entendimiento, mente pura, reflexión sutil, lengua elocuente, intelecto ordenado, constitución completa, buena forma, miembros sanos y te inspiré el habla y la palabra. Te di discernimiento sobre las cosas dañinas y las buenas, y cómo comportarte en actos, palabras y hechos. Levanté los velos de tu visión y abrí tus ojos para que pudieras admirar mi Dominio.
“Puedes ver el paso de la noche y el día, el movimiento de las esferas, la trayectoria de los planetas. Te enseñé a contar el tiempo, los años, los meses, los días. Hice someter a ti lo que hay de minerales plantas y animales en la tierra y en el mar para disponer de ellos como rey y mandar sobre ellos como señor.
“Cuando te vi confuso, injusto, avaricioso, transgresor, déspota, violar los límites, comportarte mal, entonces te hice saber el castigo, el juicio, la medida, la justicia, la verdad, lo que es correcto, el bien, lo apropiado y la conducta justa, para que pudieras seguir disfrutando los bienes y las bendiciones y evitaras el castigo. Te dirigí hacia lo que es bueno para ti, lo que es más excelente, noble, generoso, agradable y bendito para ti. Y aún así sigues pensando mal de Mí e imaginando cosas falsas sobre Mí.
“Siervo mío, cuando es difícil para ti hacer algo que te he ordenado, di: la hawla wa la kuwata illa bilahi l-Ali al Adhim (no hay fuerza ni voluntad excepto en Allah el Exaltado, el Inmenso). Tal como lo dicen aquellos que llevan el Trono cuando su carga es dura. Cuando sufre de aflicción di: inna liLahi wa inna ileihi rashi un (pertenecemos a Allah y a Él retornamos) como dicen mis elegidos y mis amados.
“Cuando caes en desobediencia di como dijeron mi amigo Adam y su esposa: Oh señor, nos hemos equivocado. Si no nos perdonas y tienes misericordia de nosotros estaremos entre los perdidos (7, 23)
“Cuando estás confuso sobre algún asunto y estás preocupado sobre qué debes pensar, o deseas guía para actuar correctamente di como mi amigo Abraham dijo: Él quien me creó, me guía, es Él quien me da de comer y de beber, y cuando estoy enfermo me cura. Él me dará muerte y luego vida. Es Él quien sinceramente espero perdone mis errores en el día del Juicio. Señor, dame buen juicio y úneme con los correctos y hazme bien amado de los últimos y hazme uno de los herederos del Jardín de las Delicias y perdona a mi padre -era uno de los extraviados- y no me dejes caer de tu Gracia el día que nos levantemos, aquel día que ni riqueza ni hijos serán útiles salvo aquellos que vienen ante Allah con un corazón limpio y puro. (26:78-89)
“Cuando la mala fortuna caiga sobre ti, di lo que te enseñé en mi revelación sobre las palabras de Jacob: Dirijo mis quejas y mis lamentos sólo a Allah, porque yo sé cosas de Allah que vosotros no sabeis. (12:86)
“Cuando cometas un error di lo que Musa, que la paz sea con él, dijo: Esta es una obra de Shaitan, él es el enemigo, el engañador.(28:15)
“Cuando se aparte de ti la desobediencia di lo que Yusuf dijo: no digo que mi ego estuviese libre de culpa, ciertamente el ego ordena actos viles, salvo (los de) aquellos a quienes Allah tiene misericordia. Mi Señor es Compasivo y Misericordioso. (12:53)
“Cuando Allah te ponga a prueba, di lo que Dios dijo de David: pidió perdón a su Señor y se tiró en postración y arrepentimiento (38:24)
“Cuando veas rebeldía entre las criaturas del Señor y aquello siervos que ofenden al Señor desconocen Su juicio, di lo que Jesús, que la paz sea con él, dijo: si les castigas son Tus siervos, y si los perdonas eres el Magnífico, el Sapientísimo (5:118)
Cuando pides perdón a Allah y misericordia, di lo que dijo Muhammad (swt): Oh Señor, no tomes en cuenta nuestros olvidos ni nuestros errores. Oh Señor, no nos impongas una carga como la que impusiste sobre los que nos precedieron. Oh Señor nuestro, no nos cargues con una carga que no podamos soportar. Borra nuestras faltas, perdónanos y concédenos tu misericordia. Tú eres nuestro Señor, auxílianos contra las gentes que niegan la verdad. (2:286)
Cuando temes las consecuencias de tus asuntos y no sabes cómo resultarán al final dí: Oh Señor nuestro, no hagas que nuestros corazones se desvíen después de habernos guiado a ti y concédenos misericordia. Tú eres el Siempre-dador. Oh nuestro Señor, tú eres aquel que reunirá a la humanidad en un día en el que no habrá duda. Allah no romperá su promesa. (3:7)
Tomado del libro de Ibn al-Arabi: “The Mysteries of Bearing Witness to the Oneness of God and Prophethood of Muhammad (sws)”: A translation by Aisha Bewley of three chapters of the Futuhat and a portion of the Introduction. The greatest part of the book consists of the translation of the last chapter of the Futuhat (Chapter 560), called here "Advice Which Benefits the Seeker"
Traducción de S. Mahmud y Najmah
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