domingo, 21 de noviembre de 2010

Crisis del estado de bienestar

Shock británico
22 de Octubre del 2010
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LIMA | El gobierno británico acaba de anunciar el mayor ajuste económico de la historia reciente del país.

Este sostiene que su meta es reducir el déficit de 130 mil millones de dólares, para lo cual es necesario realizar una serie de drásticas medidas.

Estas incluyen un plan para que en este lustro se logre ir despidiendo 500,000 servidores públicos, se corte un tercio el presupuesto de los municipios y se reduzca substancialmente los beneficios a discapacitados, desocupados y personas con bajos ingresos (quienes reciben subsidios para sus alquileres o para comprar sus bienes de primera necesidad). A finales de la década, la edad para la jubilación debería subir 4 años más.

Este gobierno tardó 5 meses en lanzar su programa. La demora se dio porque se fue buscando estudiar qué hacer y buscar crear un consenso entre los dos partidos que por primera vez en su historia cohabitan en el poder: los conservadores y los demoliberales.

Estos dos partidos habían estado en la oposición al gobierno laborista de 1997-2010, pero los primeros desde la derecha y los segundos tomando algunas posiciones a la izquierda de los "rojos".

Los conservadores han logrado hacer que los liberales acepten sus recetas a cambio de algunas concesiones en ideas y puestos públicos, pero estas reducciones económicas corren el riesgo de reducir significativamente la influencia del demoliberalismo.

El laborismo ha de revigorizarse desde la oposición y no sería inusual que llegue a superar a los tories en las encuestas, algo que no ha pasado en los primeros 6 meses del debut de ningún partido en el poder en el último tercio de siglo.

El shock no es sólo un paquete de medidas económicas sino un viraje en el modelo económico. El Reino Unido debe así pasar de ser uno de los bastiones del estado de bienestar social y de fuerte intervención estatal en salud y educación a ir en una dirección como la que tiene EE.UU. (aunque sin tanta fuerza al sector privado como allí existe).

Este fin de semana se inician una serie de protestas sociales. Por el momento el Reino Unido ha mantenido un bajo nivel de huelgas y marchas. Este país, que ha tenido una democracia ininterrumpida durante un tercio de milenio, no tiene la misma experiencia de revueltas tipo Grecia o Francia.

Sin embargo, si el nivel de descontento llega a niveles similares hay el riesgo de que la coalición gobernante se agriete y que no sobreviva los 5 años que se propusieron mantenerse en el poder. De otro lado, los recortes tienden a disminuir muchos empleos y el consumo y, por ende, podían dar paso a una mayor recesión e, incluso, a nuevas medidas de ajuste.

Cameron y Clegg, mientras tanto, buscarán evitar que la coalición se divida o pierda mucha popularidad, mientras esperan que el actual shock permita una futura recuperación y que el laborismo les ayude a canalizar a la protesta evitando que ésta se radicalice demasiado.

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